Ensayo del libro el esclavo por capítulos


introducción

“Esta cita de El Esclavo explica bien los problemas que uno experimenta en diversos aspectos de la vida, pero estos problemas contienen a su vez soluciones a las que podemos recurrir para encontrar más paz interior que soluciones.

Una forma importante de entender este libro y el posicionamiento ideológico del autor es leerlo en el contexto de una comprensión común de los principios del Gurú Osho, Bhagwan Sri Rajneesh y de los cientos de textos tomados directamente de sus discursos a los discípulos y de las declaraciones para las entrevistas con los medios de comunicación.

La configuración del principio existencial, llena de paradojas, encuentra su base principalmente en la doctrina filosófica oriental, pero también se puede entender que cientos de filósofos y místicos de todo el mundo atribuyan todo el conocimiento esotérico y espiritual a Hermes Trismegisto y sus discursos, integrados y encarnados por los tres iniciados en Cibalión.

Los principios de correspondencia, vibración, polaridad, ritmo, causa y efecto se sintetizan en esta historia sobre un hombre que, tras conocer su conciencia, su espíritu y su interior, o como dice el autor en el texto, su guía espiritual, ve restaurada su vida.

Desarrollo

Slave” destaca algunas de las herramientas y conceptos psicoanalíticos que Osho utilizó para formular su terapia, así como para entender el trauma y la reconciliación con el presente. En estos momentos, el narrador nos dice que al mirar hacia atrás, hacia su pasado, hacia la culpa que ha compartido con sus allegados, además de la suya propia, logra el tipo de catarsis que hace que uno sea consciente del suceso reprimido (GarcíaAllen, s.f.) y que le llevará finalmente a comprender ese momento, a liberarlo de la conciencia como trauma y a comenzar la terapia.

Los relatos de su infancia y de algunos momentos de su vida, combinados con las manifestaciones oníricas que vio, remiten claramente a lo que Sigmund Freud en su libro La interpretación de los sueños (1910) denominó y definió como el inconsciente, también en relación con las funciones ontológicas en el aparato mental.

A este reconocimiento podemos añadir la frase: “Por supuesto que lo has leído, si no, no podría decírtelo ahora”. Esta afirmación, además de hacerme reír, confirma una de las funciones del inconsciente, como es el almacenamiento de información y conocimiento (Sabater, 2017), que puede estar contenido en nuestra conciencia durante muchos años. Así, podemos confirmar que el mapa mental de Freud juega un papel importante en las enseñanzas de Osho.

El desarrollo literario ha sido muy limitado  

 Esta historia se nos presenta como una anécdota, una experiencia que el autor trató de incluir más tarde en su libro para mostrar al mundo        que la curación interior  que  encontró          a través de  hablar consigo mismo no       se hizo por compulsión. El producto de esta traducción es, según la definición de la sinopsis en Internet, una simple narración (El Esclavo, s.f.).

 Hay muchas incoherencias narrativas, errores ortográficos y fallos sintácticos, lo que dificulta que alguien interesado en un trabajo más fino encuentre seguridad estructural y se sienta a gusto en la lectura, que tiene pocos recursos literarios, alusiones, contexto o base lírica. A pesar de ello, esta característica es una de las más apreciadas por los aspirantes a escritores que buscan reformar las tendencias narrativas, sin saber que los primeros pasos deben ser como la vida: cortos, sencillos, lentos.

 Debo añadir que los primeros capítulos están escritos en forma de libro cristiano o de autoayuda, lo que me hizo ser escéptico con la trama. Es interesante observar que encontramos el desarrollo de los principios espirituales fuera de las enseñanzas abrahámicas y, por tanto, lejos del fundamentalismo, lo que es irreconciliable con cualquier escepticismo o rechazo de los puntos expuestos.

 Además, las referencias a escritores o representantes de la Nueva Era hacen del texto  una rica mezcla  de elementos contemporáneos           combinados con la practicidad. Cuando dice: “Además, sólo soy responsable de mí mismo y de nadie más” (Real, 2002), encuentro paralelismos con la frase “Dios te hizo responsable de una persona, y esa persona eres tú mismo” que menciona Guillermo Yunda Ramos en su obra Un camino desconocido hacia la plenitud humana (2008).

Del mismo modo, cuando Francisco Javier Real se refiere constantemente al hecho de que hay 

“Compasión por los demás” (2002), examina uno de los principios cristianos más recurrentes en los contenidos de la Nueva Era, confirmando así la presencia de esta corriente en los libros de Rab.

 Por otra parte, a pesar de los símiles y metáforas individuales utilizados en la narración, quizás el recurso literario más complejo utilizado en el libro es la esperanza como imagen.

El enigma de Esperanza. Esta es una imagen desde el punto de vista retórico.

“Piensas en cosas tristes y te pones triste, piensas en cosas que te molestan y te enfadas, crees que la gente puede hacerte daño, o decepcionarte, o hacerte sentir mal, pero nadie puede meterse en tu cabeza y hacerte pensar o sentir algo. Reflexiones de la Nueva Era.

 “Sí, Hitler era un psicópata que consiguió convencer a toda una nación de que pertenecía a una nación, de que pertenecía a una raza superior. Seis millones de personas inocentes sufrieron las peores atrocidades jamás cometidas por la humanidad” es un ejemplo de algo que va más allá de un punto de vista objetivo. ¿Y si Hitler, como han argumentado algunos investigadores, tenía un problema al creer que su forma de hacer negocios era mejor que la de otras naciones? Por supuesto, no se pueden negar estos hechos, pero los seres humanos se han comportado muchas veces a lo largo de la historia de forma degradante no sólo con otras personas, sino también con su propio pueblo: Noriega en Panamá, Sandinista en Nicaragua, Clinton en Estados Unidos, Luis Echeverría en México, por nombrar sólo algunos ejemplos agresivos. Hay muchos, muchos, muchos más que no vemos.

“La felicidad es una visión de la vida, una actitud, un hábito” es una frase que me encanta.

“Un hombre que quiere despertar y dejar de ser esclavo de su educación, de la sociedad y de su pasado debe poner a prueba todo aquello en lo que cree. Sólo así podrá recuperar su libertad.

“Hacen de la infelicidad parte de su personalidad e identidad, y por eso les cuesta tanto mejorar”.

Dolor y sufrimiento  

La capacidad de decidir cómo responder a los desafíos de la vida 

Conclusión

Osho y su tratamiento de los mecanismos de introspección son terapéuticos, pero en el concepto de los mecanismos de defensa como mecanismos de defensa logrados no a través de la catarsis, como en el psicoanálisis, sino a través de la meditación, la supresión del ego y la aceptación del presente como resultado del pasado, no encontrando en él la experiencia de necesidad de curación a través de la regresión y la reflexión, sino a través de la meditación en el presente.

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