Ensayo sobre la independencia de México


Introducción 

Este importante evento en la historia de México comenzó el 16 de septiembre de 1810. Nos permitió terminar con nuestra dependencia de España y convertirnos en una nación libre y soberana, pero no fue fácil de conseguir, ya que el proceso duró 11 años y el pueblo mexicano tuvo una larga lucha por su libertad, una lucha que se dividió en cuatro etapas. El llamado a la independencia, el movimiento de José María Morelos, el movimiento de Guerrero y José Mina y finalmente la llamada “Cuestión Acatampana”.

Antes de 1810, había claros precedentes ideológicos dirigidos al “deseo de libertad” que operaba principalmente en la mente de los criollos.  Incluso se sabe que antes de iniciarse este período de nuestra historia uno de los grandes pensadores de la época, Fray Melchor de Talamates, tuvo tiempo de hacer circular varios ensayos subversivos en los que sostenía que el territorio de México, poseyendo “todos los recursos y fuerzas necesarias para la existencia, protección y felicidad de sus habitantes”, podía ser independiente y que, además de la posibilidad de que la independencia mexicana fuera deseada porque el gobierno español no se preocupaba por los intereses generales de la Nueva España, mientras que un gobierno libre formado por excluidos

Desarrollo

La primera fase duró del 16 de septiembre de 1810 al 21 de marzo de 1811 y estuvo marcada por las primeras batallas entre realistas e independentistas, la toma de varias ciudades como Zelaya, Guadalajara, Zacatecas y Valladolid, la abolición de la esclavitud de Hidalgo el 10 de diciembre de 1810 y la derrota que escribió temporalmente la historia de la independencia mexicana, Puente Calderón. La batalla de Puente Calderón. Los primeros líderes de la rebelión fueron asesinados en la primera etapa de la guerra: Ignacio Allende fue fusilado el 26 de julio de 1811 y Miguel Hidalgo corrió la misma suerte el 30 de julio del mismo año.

La segunda fase, que duró desde abril de 1811 hasta el 22 de diciembre de 1815, fue liderada por López Reyón y José María Morelos Pavón y condujo a importantes victorias en el sur de México, capturando las ciudades de Cuatra, Oaxaca y Michoacán. El 14 de noviembre de 1813 se formó una Asamblea Nacional Constituyente y Morelos proclamó la independencia de la América Española en un documento llamado Sentimiento Nacional. Iturbide se puso del lado de los intereses de la corona española y comenzó a derrotar a los rebeldes con tropas realistas, y una vez más parecía que la independencia mexicana no tenía un final feliz. El 22 de diciembre de 1815 Morelos fue capturado y ejecutado, cerrando este capítulo de la historia de México.

La tercera fase comenzó en 1816-1819 con la confusión causada por la derrota de los rebeldes por parte de los monárquicos, que dio lugar a la guerra de guerrillas.

Muchos caudillos que consideraron la revolución un fracaso se negaron a luchar por la independencia, y el indulto concedido por la corona hizo que el movimiento estuviera casi muerto. Francisco Javier Mina y Frayer Cervando Teresa de Mier serían representantes de un movimiento de resistencia que aún existía. Mina fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento el 11 de noviembre de 1817. Sólo quedaba Vicente Guerrero, que iba a realizar la obra iniciada en 1810 en la actual Curia de Dolores, Guanajuato.

El final de la larga lucha se debió a diversos acontecimientos externos e internos. La retirada de las tropas de Napoleón de España favoreció el curso de la Guerra de la Independencia y la hizo aún más fuerte. Fernando VII ignoró la constitución de Cádiz cuando volvió al trono en 1814, provocando una revuelta en España. Finalmente, en 1820, tras una victoria liberal, el rey juró fidelidad a la Constitución. Cuando la Nueva España recibió esta noticia, el clero y la élite del poder se reunieron en la iglesia de San Felipe Neri para elaborar un plan, “La Profesa”, cuyo objetivo principal era garantizar que la Constitución de Cádiz no se aplicara en el Virreinato, alegando que la Nueva España se gobernaría de forma independiente bajo el derecho indiano y que el rey permanecería en el poder de la Revolución Liberal. Esto no se consiguió cuando el virrey juró la constitución para evitar una insurrección armada.

Estos acontecimientos marcaron el fin de la independencia mexicana, pero no en el sentido deseado por Hidalgo, Morelos y otros implicados en la lucha, ya que si los planes de los creyentes se hubieran llevado a cabo, el poder habría quedado en manos de aquellos a los que se oponían.

Proyecto Iguala de Vicente Guerrero Agustín de Iturbide 

Al fracasar los intentos del clero y de los partidarios de la península de establecer una monarquía absolutista, vieron en Agustín de Iturbide una oportunidad ideal para perseguir sus intereses sin un gobierno bajo la constitución de Cádiz, confiando esta misión a Iturbide, que supo manejar la situación con astucia. Su nombramiento como comandante en jefe en el sur por parte del gobernador Apodaca, que prometió acabar con todo rastro de rebelión en el sur de Nueva España, estaba muy lejos de la realidad. Vicente Guerrero y Pedro Asensio opusieron una tenaz resistencia, las tropas de Asensio fueron derrotadas en Tlatlaya y Guerrero en Zapotepec.

Viendo que la conquista de los ejércitos del sur no sería fácil, Iturbide propuso a Vicente Guerrero que la libertad del naciente país se lograra mediante la unión de los mismos, por lo que el 10 de febrero llegaron a un acuerdo en Acatampana, presentando posteriormente el Plan Iguala, que en términos generales proclamaba la liberación de México, la formación de un imperio mexicano regido por la realeza española y regido por la Constitución. Este acto fue totalmente rechazado por el Virrey, quien ofreció la retirada de Iturbide a cambio de un indulto. Iturbide empezó a ganarse a los partidarios realistas, que le entregaron pueblos rendidos y admitieron en sus filas a caudillos rebeldes, lo que provocó la destitución del gobernador, Juan Ruiz de Apodaca.

Y al enviar a Juan O’Donoghue como alto representante político de la Nueva España, éste contribuyó a la consumación de la independencia mexicana al firmar el Tratado de Córdoba el 24 de agosto de 1821. El 27 de septiembre de 1821, el ejército de Trigalante entró en la Ciudad de México y al día siguiente firmó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano, completando así su independencia.

Conclusión

Este periodo de nuestra historia es sin duda un acontecimiento muy importante para nuestro país, México. Gratis. La soberanía. La independencia.

Bibliografía

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