Introducción
En países como el nuestro, la democracia es una utopía en términos de verdadera participación, reducida a una endeble democracia representativa que muestra grandes limitaciones como forma de organización del Estado y de las relaciones entre éste y la sociedad.
Necesitamos una organización nacional y un sistema político basado en principios democráticos. Dentro de estos principios, existe un marco legal con reglas de juego transparentes que permiten su aplicación.
También necesitamos una sociedad organizada que sea consciente de sus intereses, derechos y responsabilidades políticas. Es decir, actores sociales capaces de desarrollar formas de diálogo y concertación con otros actores sociales, como los partidos políticos y el propio Estado.
Desarrollo
La política democrática impregna el comportamiento de gobernantes y gobernados y crea y garantiza un clima propicio para la democracia participativa.
Los políticos también necesitan una fuerte voluntad de crear mecanismos para desarrollar la participación.
Necesitamos un Estado que asuma realmente el monopolio de la fuerza y la justicia, que garantice la resolución civilizada de los conflictos sociales y que cuente con instituciones transparentes y abiertas que se ganen la confianza de todos los ciudadanos.
Por otro lado, una sociedad civil fuerte, es decir, una serie de actores individuales y colectivos que comprenden sus propios intereses, están organizados, orientados a proyectos y son capaces de actuar como interlocutores del Estado.
La paz y la justicia social se consiguen cuando cada ciudadano participa en la consecución y el respeto de los derechos humanos, y lo conseguiremos profesando los principios fundamentales de justicia, igualdad y servicio.
Uno de los principales objetivos de la Constitución de 1991 era desarrollar y fortalecer la democracia participativa en Colombia. La Carta Política incluye una serie de canales para que los ciudadanos intervengan en determinadas decisiones públicas, fomentando y reforzando la organización e iniciativa popular. La Carta contiene un gran número de principios, derechos y mecanismos de participación que no sólo refuerzan las instituciones representativas y tradicionales, sino que prevén formas muy diversas de participación política y social. Podemos ver que la ley no es una panacea, pero es una condición necesaria para la reforma política. Por lo tanto, lograr la democracia es difícil, pero no inalcanzable.
La experiencia de la democracia no siempre fue muy valorada por los grandes pensadores. Entre los griegos, la democracia era vista casi universalmente como un preludio de la tiranía, ya que experimentaron con pequeñas comunidades en las que la mayoría de la población estaba excluida de las condiciones de la ciudadanía. Hubo que redefinir la noción de ciudadanía; no sólo los individuos podían elegir y ser elegidos, sino también los sujetos activos.
La búsqueda de un mejor destino colectivo, que implica un interés por la participación pública y un destino compartido. También podemos pensar en ella como una acción individual y responsable a la hora de decidir sobre cualquier asunto.
Conclusión
Sabemos que a lo largo de los tiempos ha sido el hombre quien ha creado la sociedad, y que no hay más autoridad que la propia razón, si el hombre es capaz de entenderla con sus propias fuerzas.
La democracia no es la realización de algo concreto. La experiencia del pueblo y del Estado, las disputas de los partidos políticos y la teoría política, las marchas y contramarchas, los ensayos, los errores y los éxitos: todos estos componentes han configurado siempre la realidad de la democracia. Así surgió el concepto de Estado social de derecho, que pretendía establecer la igualdad de oportunidades para toda la sociedad.