Ensayo sobre la política Colombiana


Introducción

Si comparamos a Colombia con otros países, vemos que somos un país con una rica historia. He relacionado la celebración de nuestra independencia con el hecho de que, de principio a fin, la pseudopolítica (sí, suena bien) es la responsable directa de nuestro pasado, presente y futuro como nación. A continuación repasaré brevemente cómo ha evolucionado la política colombiana a lo largo del tiempo y qué decisiones han tenido consecuencias tanto positivas como negativas para nuestro país.

Desarrollo

El primer momento de la historia política de Colombia fue cuando nuestros próceres de la independencia no sabían cómo formar un Estado a partir de un territorio tan extenso. Esta fue la primera disputa que surgió entre los que querían mantener el poder en el centro y los opositores que querían que las provincias tuvieran autonomía de poder. Estalla una guerra entre los federalistas y los centralistas, que hace que España recupere sus territorios. Sin embargo, logramos liberarnos del yugo español en 1824.

Desde 1839 hasta 1902 Colombia se vería sumida en la guerra civil, la violencia, la pobreza, la destrucción y, como resultado, la mayor pérdida territorial de nuestra historia, la secesión de Panamá y, sobre todo, la política de intolerancia entre los dos partidos políticos tradicionales del país, el partido azul (conservador) por un lado y el partido rojo (liberal) por otro. Ambas situaciones llevarían a que, en la primera mitad del siglo XX, Colombia ya no luchara por la idea de Estado, sino por la ideología.

En 1948, la popularidad de Jorge Eliécer Gaitán, el “Caudillo del Pueblo”, estaba en pleno apogeo, y la gente estaba convencida de que sería el próximo presidente del país. Pero la mano negra de nuestro país lo mató el 9 de abril, desatando un período de violencia que contribuyó a crear un sentimiento de odio de colores que, más o menos una década después, junto con el abandono del país, la violencia extrema, la pobreza y el descontento social, engendrarán guerrillas. No hay que olvidar que en los años 50, como medida para acabar con la violencia de la época, dos partidos políticos decidieron compartir el poder cada cuatro años para acabar con la sensación de odio entre colores políticos. El poder clientelar que sólo las familias más poderosas de Colombia podían conseguir.

Los años 70 y 80 han pasado y el sentimiento bipartidista se ha mantenido estable, pero nuestro mayor problema ha llegado en forma de tráfico de drogas. Es imposible no asociar el narcotráfico con la política porque, por desgracia, es ahí donde la corrupción, la erosión del poder del Estado y la idea de reponer el erario con sinvergüenzas ha manchado nuestra historia con más sangre y ha tenido un enorme impacto en nuestra cultura. Siguiendo con la narración, el punto de inflexión para ambos partidos políticos llegó tras la creación de la gran constitución, la de 1991. ¿Por qué es importante? Porque la Constitución actual garantiza el multipartidismo en Colombia y asegura su presencia en todos los poderes del Estado.

Los partidos políticos tradicionales de Colombia han perdido gran parte de su fuerza, ya que ha surgido un nuevo movimiento político , cuyo lema es crear una política nueva, más joven e innovadora en el país. que es un arma para atraer a los simpatizantes, pero en última instancia sigue siendo impulsada por la siguiente generación de los primeros líderes del país. La política colombiana se vende al mejor postor y en la mayoría de los casos satisface al mejor postor a cambio de intereses personales o particulares.

Por muy mal que se vea el panorama, el pueblo colombiano debe estar por encima de sus dirigentes y debemos darnos cuenta de que somos los dueños soberanos de nuestra tierra, no unos pocos que determinan el futuro de nuestro país. A continuación un párrafo de una columna de opinión publicada por el diario El Espectador en 2018 que habla de la indiferencia de nuestro pueblo colombiano ante la falta de apropiación

“La corrupción no es un secreto, existe porque permitimos que exista. Porque nos entregamos democráticamente al que mejor habla, al que más grita, al que nos regala una tortilla en las elecciones” ….. “Somos buenos exigiendo nuestros derechos como ciudadanos (tenemos que seguir luchando sin cesar), pero podemos olvidar fácilmente nuestras responsabilidades como ciudadanos. Una de ellas es saber cómo se dirige nuestro país. Lo que hace todo miembro que recibe fondos del erario, porque los llamamos “políticos” en términos generales, sin especificar quiénes son ni qué hacen (la definición es tan amplia que puede incluir a presidentes y ladrones sin importar la forma)”[1] .

Conclusión

Estoy de acuerdo con lo anterior porque estamos acostumbrados y debido a una cultura de la pereza elegimos a personas que ya conocemos, a personas que hablan de otras personalidades, o simplemente elegimos a personas exitosas por la razón de que “la imagen de esa persona es confiable”; sin un análisis exhaustivo de su propuesta para dirigir el estado, cómo afectará nuestro futuro y cómo se presentará como gobernante.

Del mismo modo, debemos elegir una alternativa a la actividad política tradicional en la que los hijos de los hijos gobiernan una legislatura tras otra. La corrupción cambiará cuando decidamos cambiar la idea del dinero fácil y actuar realmente como una sociedad civilizada. De lo contrario, estamos condenados a vivir en una interminable repetición de la historia.

Bibliografías

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