Introducción.
El crecimiento económico se ha asociado históricamente a graves consecuencias para el medio ambiente, lo que ha dado lugar a un debate teórico entre economistas e investigadores que, por un lado, sostienen que el crecimiento económico está asociado a una mayor degradación del medio ambiente a corto plazo, pero que es bueno para el medio ambiente a largo plazo, es decir, que la calidad del medio ambiente mejora a medida que aumenta la renta. Otros autores, sin embargo, sostienen que todo crecimiento económico conduce a una mayor degradación del medio ambiente, tanto a corto como a largo plazo. El objetivo de este documento es confirmar si la primera hipótesis se mantiene en las economías en desarrollo. En primer lugar, se explican brevemente los daños medioambientales causados por el crecimiento económico, luego se comprueba la plausibilidad de la hipótesis o se rechaza, y finalmente se describe el desarrollo sostenible como una medida destinada a equilibrar el crecimiento y el medio ambiente, garantizando que las generaciones futuras disfruten de los mismos recursos que la generación actual.
Desarrollo.
En general, el crecimiento económico se considera un aumento de los ingresos o del valor de los bienes y servicios producidos en la economía de un país o región; suele medirse como un aumento porcentual del producto interior bruto (PIB) en un periodo de tiempo determinado. Lo que se suele hacer para aumentar el crecimiento económico de un país es concentrarse en las actividades que aportan más beneficios, que, por desgracia, son también las que más contaminan. Así, cuando hablamos de crecimiento económico, estamos hablando directamente de la degradación del medio ambiente, especialmente del agotamiento y la contaminación de los recursos naturales no renovables. Como ejemplo, el hecho de que el aumento de la temperatura media del planeta no se haya detenido desde la revolución industrial “favorece el calentamiento global y el cambio climático, y aunque todavía es discutible si estos factores son exógenos o endógenos al proceso productivo, es evidente que las actividades económicas son una parte importante de la causa de estos problemas ambientales” (Bravo, 2016: 102).
Los problemas medioambientales tienden a ser más pronunciados en las economías basadas en la explotación de recursos naturales, es decir, en los países que operan con un modelo de exportación primaria, comúnmente denominados economías en desarrollo. Tomando como ejemplo a Colombia, se concluye que, a diferencia de los países desarrollados, este país se encuentra en la fase ascendente de la curva ambiental de Kuznets, donde todo crecimiento económico conlleva una mayor degradación ambiental. Así, las economías en desarrollo, a diferencia de las desarrolladas, sostienen que el crecimiento económico mejora la calidad del medio ambiente a largo plazo porque “la degradación del medio ambiente es limitada porque la producción procede principalmente de las actividades agrícolas tradicionales, que son poco productivas, observan el equilibrio ecológico y tienen una alta proporción de residuos biodegradables”. (Bravo, 2016:104)
Como salida a esta situación, el desarrollo sostenible surge como un posible modelo para el futuro, ya que otras opciones utilizadas en el pasado llevarían al colapso. Esta sostenibilidad puede lograrse con una política medioambiental global que garantice de algún modo el equilibrio entre la necesidad de proteger el medio ambiente y la de acelerar el progreso social y económico en los países en desarrollo. Este interés por el cuidado del medio ambiente ha dado lugar a normativas y acuerdos que animan a las empresas a actuar de forma responsable con el medio ambiente, permitiéndoles ver los beneficios de la autorreflexión. Por ello, las propias empresas optan ahora por este tipo de acciones, ya que les da acceso a mercados más amplios y una buena imagen de cara al público.
Conclusión.
El crecimiento económico está ligado a los impactos ambientales y debe ser tomado en serio, de lo contrario acabaremos perdiendo no sólo los recursos necesarios para el desarrollo económico, sino también los recursos necesarios para la supervivencia. Este problema es aún más grave para las economías en desarrollo, ya que su modelo se basa en la explotación de los recursos naturales, por lo que es necesario imaginar otras fuentes de crecimiento más respetuosas con el medio ambiente.
bibliografía.
Riera, P; García, D; Kristrom, B y Brannlund, R (2016). Manual de economía ambiental y de los recursos naturales. 3ª ed. Paraninfo Press, S.A.
Grupo de Economía Ambiental (GEA); Correa Restrepo, Francisco CRECIMIENTO
ECONÓMICO Y MEDIO AMBIENTE: UNA REVISIÓN Y UNA HIPÓTESIS DE LA CURVA AMBIENTAL DE KUZNETS Semestre Económico, vol. I. 7, núm. 14, juliodiciembre, 2004, pp. 341-344.
