introducción
La descripción de los acontecimientos humanos importantes es lo que se conoce como historia, pero la historia no es simplemente la enumeración de los acontecimientos que se han demostrado como verdaderos y también como falsos; la historia es la interpretación de los acontecimientos humanos y la búsqueda del significado de esos acontecimientos.
Desarrollo
La historia no está definida, no está escrita ni dada, sino que se sigue escribiendo día a día, y los responsables de escribirla son los que poseen la objetividad: los historiadores.
La objetividad en la descripción de un hecho significa llegar a una opinión sobre ese hecho basada únicamente en diferentes fuentes de información, y evaluarla sin prejuicios ni ideas propias. Aquí está muy claro.
“El deber de los historiadores es presentar la historia tal como es, aunque esto sea casi imposible, ya que nunca estarán en presencia de un objeto del pasado, sino de sus huellas”. (Leticia Bárcena,2011,2) Es decir, los expertos no pueden afirmar en absoluto que un acontecimiento haya ocurrido definitivamente porque no estuvieron allí; sólo pueden crear una historia describiendo coherentemente estos hechos en conjunto.
Al historiador no le corresponde sumar o restar, recoge información y la ve como la verdad, y una vez verificada la verdad (en un buen caso), comienza una descripción de ese hecho histórico, pero esto último sólo se puede lograr interpretándolos, y la única forma que tiene una persona de interpretar las cosas es a través de lo que ya conoce.
“El historiador no puede renunciar a su naturaleza humana, por lo que no puede ser objetivo, ni tampoco el contexto cultural y social al que pertenece” (Le Goff, 1997,32).
En otras palabras, el historiador puede hacer un buen trabajo y los hechos pueden ser verificados, pero la forma en que los reporte no será del todo objetiva, ya que la influencia social y cultural del experto inevitablemente se sumará al impacto de los hechos.
“El historiador no tiene derecho a buscar manifestaciones o a negar testimonios, a defender un caso, sea cual sea, debe establecer y dar a conocer la verdad o lo que cree que es la verdad. Pero no puede ser objetivo” (Le Goff 1997,32).
Cada uno tiene su propia cultura, lo que cree, lo que piensa, lo que siente, y esto es producto de la sensibilidad que se desarrolla desde la infancia, por lo que es casi imposible pedirles que no usen algo, pedirles que no tengan en cuenta sus opiniones sociales y culturales personales.
Por ejemplo, en una clase, un profesor puede dar a dos personas el mismo tema para una presentación, pero todo depende de cómo presente cada persona, de lo que sea importante para centrarse y de cómo comparta la información que ha reunido.
La historia estudia lo que la gente ha hecho a lo largo del tiempo, por lo que el investigador histórico se convierte en una especie de juez que tiene información importante, pero está en sus manos darla a conocer.
Conclusión
En resumen, es imposible describir los acontecimientos históricos de forma objetiva, porque una vez que se adquiere el conocimiento y la información está en manos de los expertos, no hay garantía de que ninguna parte del investigador interfiera en la descripción al relatar los acontecimientos históricos.
Bibliografía
- https://www.uaeh.edu.mx/docencia/P_Lectura/prepa4/his_objetividad.pdf
- http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.1130/pr.1130.pdf
- https://gimenete.wordpress.com/2006/10/02/ser–critico–ser–objetivo/
- https://definicion.de/acontecimiento–historico/
- http://haciendohistoriaenclase.blogspot.com/2012/03/el –work–at–