Ensayo sobre la historia de Ecuador


Introducción

Desde el derrocamiento del presidente Flores, Ecuador ha sido gobernado por los sucesivos presidentes Vicente Ramón Roca, Manuel Azcasubi y Diego Noboa, de tendencia nacional y civil, en contraste con la influencia del anterior presidente, el militar venezolano, cercano al círculo de Antonio José de Sucre y Juan José Flores en la independencia y con gran preponderancia. En el caso de uno de ellos, V. Ramón Roca, tuvo que soportar el constante peligro que suponían los intentos del grupo Flores de invadir el país, sus constantes presiones dentro y fuera del país amenazaban la paz. Los postulados que sostenía no eran tan abiertamente liberales como los que representaba su rival electoral, José Joaquín Olmedo, por lo que su gobierno, el roquismo, fue conocido políticamente como “regresivo” o conservador. Al finalizar el período presidencial y celebrarse nuevas elecciones, se produjo un empate técnico entre los dos candidatos, el general Antonio de Elizalde y Diego Noboa, que no pudo resolverse tras repetidos recuentos, contando ambos candidatos con el apoyo de la facción del roquismo y Diego Noboa con el de la facción del antirroquismo. La solución fue que el vicepresidente Manuel Azkasubi, que había sido destituido tanto por considerar la situación ilegal como por su actitud moderada hacia el florismo, continuó como presidente interino, mientras que el general J. Mª Urbina nombró a Diego Noboa primero como jefe supremo y luego como presidente interino.

Desarrollo

El General Urbina fue efectivamente el impulsor de este período de la historia, comenzando su ascendente carrera política y militar a muy temprana edad, experimentando un gran impulso en relación con la revolución marxista, que lo llevó al cargo de Secretario General de la Asamblea Nacional Constituyente y luego a la Secretaría General de la Presidencia de Vicente Ramón Roca. Le siguieron cargos de concejal, senador, jefe de gabinete y alto jefe civil y militar en la ciudad de Guayaquil, que culminaron con su papel de mediador entre Diego Noboa y Antonio Elizalde en el máximo órgano judicial de la República, a la vez que reforzaba su posición de hombre fuerte nacional (Salvador Ceprija, 2004, p. 1).

La incapacidad de Novoa para resolver la situación de facto y la frustración política de los estratos más ex liberales de Ecuador, especialmente las ambiciones políticas del General, lo convirtieron en jefe de la República. Esta presidencia provocará profundos cambios en la estructura económica y social de la República, como demuestra el fomento del comercio y la supresión de los impuestos sobre los productos de primera necesidad.

Las relaciones con Estados Unidos evolucionarían, por tanto, dentro de este nuevo marco económico, hasta entonces apenas existente, en el que la influencia británica, que había existido desde los primeros momentos de la independencia hasta la nueva presidencia, sería sustituida por la estadounidense, en la que se puso en práctica la influencia de la Doctrina Monroe, y a partir de entonces Europa iría perdiendo su influencia en América, creando la relación de dependencia que todavía existe. La emancipación de los esclavos negros de la esclavitud y la protección de las comunidades indígenas fueron acontecimientos importantes de la presidencia. También sentó las bases de un ejército nacional y profesional, esencial para la nueva realidad del país y que no existía hasta entonces.

La expulsión de los jesuitas se debió a dos factores, en primer lugar, como freno a su apoyo al sector de Florida contra Urbina, y en segundo lugar, por la influencia colombiana, que reflejaba el espíritu antieclesiástico arraigado en el liberalismo radical que caracterizaba a estos movimientos tanto en América como en Europa (Jesús Romero, 2011, p. 4).

Regresó durante la presidencia de Novoa en 1850, aunque los miembros de la compañía que volvieron eran españoles y se identificaban poco con la nueva república, lo que provocó nuevas divisiones con las autoridades civiles.

La presidencia de Francisco Robles continuó la labor del general Urbina, manteniendo los mismos presupuestos reformistas y democráticos, aunque inició un periodo de crisis provocado por los intransigentes floridanos y los descontentos de Urbina.

En 1859, bajo la égida del general Robles, Ecuador vivió uno de los momentos más críticos de su historia, que estuvo a punto de provocar su virtual extinción. El general Castilla, ante el caos de la invasión de la República, ocupó el sur del país. Hubo un levantamiento contra el presidente en Quito y se formó un triunvirato provisional de Gabriel García Moreno, Jerónimo Carrión y Pacífico Chiriboga. Jerónimo Carrión, entonces vicepresidente y uno de los integrantes del triunvirato, estableció un gobierno personal en Cuenca. En Guayaquil, el general Guillermo Franco resistió el deterioro de la situación y en Loja anunció un gobierno federal encabezado por el viceprimer ministro Manuel Carrión. La situación de rebelión generalizada en todo el país obligó al general Robles a exiliarse y en el sur se firmó el Tratado de Mapasinga entre el general Franco y el general Castilla (Daniel Dimeco, 2008, p. 8).

La oposición externa, encabezada por el presidente peruano, el general Ramón Castilla, ha llevado a 

Ecuador se encuentra en una encrucijada histórica, está cerca de la desintegración y es un país bajo ocupación militar.

Este fue el gobierno que derrocó el general Urbina. De 1845 a 1856 el general Urbina fue el cerebro de todos los movimientos y cambios políticos. El general José María Urbina gobernó directamente de 1851 a 1856, primero como dictador y luego como presidente.

A principios de la década de 1950, otra lucha por el poder dentro del gobierno de Noboa provocó un nuevo arbitraje militar. En 1851 el “hombre fuerte” del ejército, el general José María Urbina, se declaró dictador. Al año siguiente fue nombrado presidente por la nueva Asamblea Constituyente (Enrique Ayala Mora, 2014, p. 32).

Urbina reforzó la alianza entre los grandes terratenientes y oligarcas comerciales de la costa y el ejército comandado por los dirigentes del país. Puso en marcha un programa liberal que promovía la apertura económica y el comercio e incluía la abolición de la esclavitud, la supresión de los tributos de los nativos y medidas a favor de los campesinos de las tierras altas.

El fin de la esclavitud 

Desde la independencia, la existencia de la esclavitud se ha considerado contraria a la libertad de la república. Se tomaron medidas para abolirla, como la “libertad de vientre”, por la que los niños nacidos de padres esclavos nacían libres. También se animaba a los esclavos a comprar su libertad de forma privada. Sin embargo, 20 años después de la fundación de Ecuador, todavía había más de 3.000 esclavos negros en el país.

En 1851, el primer acto de Urbina fue ordenar la completa abolición de la esclavitud en el país. Inmediatamente se puso a liberar de la esclavitud a Guayaquil, centro de la “revolución marxista” de René Charton, en 1846. Al año siguiente, el Parlamento asignó los fondos necesarios para pagar a los esclavistas. Esto puso fin a una terrible situación de opresión. Sin embargo, los negros o “afroecuatorianos” siguen siendo víctimas del racismo, la pobreza y la discriminación (Enrique Ayala Mora, 2014, pp. 32,33).

Uno de los primeros actos de Urbina en 1852 fue ordenar la completa abolición de la esclavitud en todo el país.  Los esclavos comenzaron inmediatamente a ser liberados. Al año siguiente, el Parlamento asignó los fondos necesarios para pagar a los esclavistas.

Conclusión

Crisis 

En 1856 Urbina fue sucedido por su aliado y sucesor, el general Francisco Robles. Las desastrosas negociaciones sobre la deuda externa y los intentos de arrendar las Galápagos a extranjeros provocaron una creciente oposición al gobierno.

Perú reclamó varios territorios al este y bloqueó los principales puertos con su armada. En 1859 se produjeron varias revueltas sectarias que provocaron una crisis de desintegración. Se formaron gobiernos autónomos en Quito, Guayaquil, Cuenca y Loja. Los países vecinos negociaron la división del país. Durante un tiempo, todo el sistema amenazó con derrumbarse bajo el peso de los conflictos entre los oligarcas regionales (Fernando Balseca, 2014, p. 33).

La crisis duró más de un año. Tras la propuesta de que el país se convierta en 

“Gabriel García Moreno, bajo el liderazgo de la nobleza de Quetno y con la ayuda de Flores, logró imponerse en la sierra y luego capturar Guayaquil y unir el Estado ecuatoriano en 1860.

Bibliografía 

  • Daniel Dimeko (2008). Breve nota explicativa. Quito: Slideshare. 
  • Barcelca, Fernando (2014). en G. R. Nolivos, Gobiernos “marcistas” (p. 33). Quito: Corporación Editorial Nacional. 
  • Enrique Ayala Mora. (2014). Quito: Consejo Editorial Nacional. Obtenido de https://educacion.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2014/06/TEXTODEESTUDIANTE-SOCIALES-7mo-EGB.pdf 
  • Jesús Romero-Samper (2011). Historia de la República de Ecuador. Chile: Arbil. 
  • Salvador Seprián (2004). Historia de la República del Ecuador (1809-1976). Quito: Campaña de Autoincultura. Obtenido de http://www.arbil.org/arbi-d83.htm.

Descargar ensayo sobre la historia de Ecuador PDF

Descargar ensayo sobre la historia de Ecuador Word