Ensayo sobre el libro Aura


introducción

El libro cuenta la historia de un joven historiador, amante de la literatura y los libros, llamado Felipe Montero. La historia comienza con un joven que va distraído por la calle y ve un anuncio de trabajo que resulta requerir un joven historiador, escritor y, preferiblemente, experto en la lengua francesa.

Desarrollo

Consideró que se le había pedido a Felipe Montero que hiciera el trabajo y decidió que sería perfecto para él. El pesimismo se apoderó de él y pensó que ya le habían quitado el trabajo, así que desistió. Al día siguiente volvió y vio que el anuncio había cambiado y que le habían aumentado el sueldo, así que se subió al primer autobús y se fue a trabajar.

Llegó al lugar y se puso a buscar una casa adecuada, y cuando la encontró, vio la puerta entreabierta y aprovechó para entrar.

Abrió la puerta y vio que todo estaba oscuro en el interior, sólo entraba luz por la puerta, y en ese momento empezó a oír una voz muy grave y chillona, una voz que le exigía que avanzara y subiera las escaleras, y con curiosidad y miedo subió las escaleras. Mientras subía las escaleras, una voz alta dijo: “Primera puerta a la izquierda”. Llamó a la puerta con los nudillos temblorosos y miró hacia fuera, cuando la abrió vio una figura blanca en la cama del fondo de la habitación, sola y mirándole con ojos rojos, se giró y se dio cuenta de que la pequeña luz era una vela encendida dentro de la habitación.

Miró la silueta blanca de la cama y pudo comprobar que era un conejo, luego vio que una mano arrugada empezaba a acariciarla y se fijó en una mujer que estaba tumbada con un camisón blanco al fondo de la habitación, abotonado hasta el cuello, con el pelo blanco, la piel arrugada y unos ojos brillantes que le miraban fijamente.

Un joven se presentó y ofreció su trabajo porque estaba interesado. La mujer comenzó a explicar que quería que escribiera un libro sobre la historia de su marido, el general Llorente, fallecido hace 60 años.

Conejo se alejó y no se lo tomó en serio, Felipe con sus dudas sobre el trabajo quiso saber más para entender sus temores y se sintió incómodo ya que le pidieron que se quedara a vivir en la casa, la anciana no respondió a ninguna de sus preguntas sino que se limitó a decir “Aura…” . Extendió la mano y sólo vio que una mano tocaba los dedos de la anciana.

Felipe logró distinguir a una mujer vestida de verde, muy cerca de la anciana, que no notó su presencia porque tenía los ojos cerrados. La anciana presentó a la niña como su sobrina, su compañera, ella abrió los ojos y Felipe se fijó en sus hermosos ojos verdes, pensó que eran los más bonitos que había visto en su vida, se emocionó con su belleza, la anciana le dijo a Ora que el señor Montero iba a vivir con ellos, él contempló la belleza de Ora y no negó nada, aceptó.

Olla le llevó a su habitación, Felipe dejó sus cosas y se acomodó en el estudio, la única habitación donde penetraba la luz y donde podía trabajar con tranquilidad, le dijo al salir que le vería durante la cena, y cuando llegó la hora Felipe bajó con cuidado y se apoyó en la pared donde podía ver a Olla cenando sola, le preguntó por su tía, y ella le contestó fríamente: ‘Madame Consuela está indispuesta, está muy cansada, pero le pide que la reciba después de la cena. Felipe, sin quejarse, no dijo nada y terminó su cena.

Subió a la habitación de Madame Consuelo, abrió la puerta y la vio tumbada sobre el pecho, tosiendo fuertemente; la cogió por el codo, le tocó la piel fría y pálida y la llevó a su cama mientras seguía tosiendo, y cuando llegaron le contó toda la historia de su marido y sus recuerdos de él, así como algunas fotografías.

Lo aceptó y regresó a su habitación para leerlo detenidamente, y entre los documentos amarillentos descubrió cómo Madame Consuelo y el General Llorente se habían conocido a los 15 años, habían trabajado toda la noche y se habían quedado dormidos.

Al día siguiente se despertó alarmado y, al entrar en la cocina, se encontró con que Orla le miraba con la misma mirada gélida y aturdida con la que había aplastado a un cabrito con fuerza y determinación.

Aterrorizado y espantado, Felipe se acercó a Madame Consuelo y la encontró en la misma forma, mirando su altar, dándose palmaditas en el pecho y en el suelo, con la mirada fija y fría.

Vuelve temeroso a su habitación y decide escribir su libro, pero en ese momento mira el cuadro y descubre que tanto Ora como él están en él, está tan alterado y confundido que puede desmayarse, cae la noche y se despierta con fuerza mental, decidido a ir a ver a Ora y decirle todo lo que siente por ella, para mostrarle lo contrario. Corrió desesperado al cuarto de Ora y la vio acostada en la cama, le pidió que se acostara a su lado y que no la tocara, pero le recordó que la anciana no estaba ahí, Felipe la ignoró y le habló de su amor por ella, comenzó a besarla, diciéndole que sólo le besara la cara, y en ese momento comenzó a sentir su piel arrugada, sus labios sin carne, vio su cabello blanco y su rostro pálido y seco.

En ese momento se dio cuenta de que Aura era en realidad Consuelo. 

Roles 

Felipe Montero 

Felipe Montero es una figura importante en la historia. Era un joven historiador y profesor asociado con conocimientos de la lengua francesa. Pensaba escribir una obra sobre los descubrimientos y conquistas españoles en América. Llega a casa de Madame Consuelo, viuda del general Llorente, gracias a un anuncio en el periódico de un trabajo para el que es idóneo. A medida que avanza la historia se da cuenta de que se ha convertido en la encarnación del general Llorente. consuelo Llorente 

Era una mujer mayor, viuda de un militar mexicano, el general Llorente, que murió dejando unas memorias inacabadas. Contrató a Felipe Montero para completar y publicar la obra del general. Se casó a los 15 años y su marido murió cuando ella tenía 49, hace 60 años. Felipe Montero calculó que la anciana, de piel arrugada, pelo blanco, baja estatura y voz débil y aguda, tenía unos 109 años. Era una mujer devota, apoyada por su sobrina Aura. Su mayor decepción fue su incapacidad para dar a luz a su marido.

Conclusión

Aurore 

Aura es el enigmático personaje que da título a la obra. Es la sobrina de Consuelo Lorente. Vive con su tía y la ayuda en la casa. Es muy tranquila y tímida. Ha encantado a Felipe Montero hasta el punto de que se enamora de ella e intenta llevársela de la casa de Consuelo. Sin embargo, Ora se comporta de forma extraña, como si fuera mecánica, lo que atrae la atención de Felipe. A medida que se desarrolla la trama, nos enteramos de que Ora es la personificación de la joven Madame Consuelo.

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